Lunes, 22 Diciembre 2003
Dic22

SDS, un caso más de corrupción

Al secretario de Desarrollo Social del estado, Alberto Amador Leal, siguen sin salirle bien las cosas.

 

Además de los problemas que arrastra con su coordinador administrativo, Héctor Hugo Martínez Herrera, por su incapacidad para regularizar las plazas de nueva creación y para gestionar el pago salarial de quienes fueron transferidos o contratados en la dependencia, ahora enfrenta casos de corrupción.

 

Pero lo peor, es que algunos de estos casos involucran a gente que él mismo invitó a trabajar a la Secretaría, como sus paisanos huauchinanguenses Francisco Lechuga Pérez, director de Recursos Humanos, y Juan Natale Gutiérrez, director del Programa de la Sierra Norte y Nororiental.

 

Francisco Lechuga, quien llegó a la SDS como director de Vinculación Institucional para más tarde asumir la Dirección de Recursos Humanos a la salida de Armando Díaz Arteaga, es acusado de cobrar cheques de empleados de la dependencia cuya contratación, bajo el régimen de lista de raya, se prolongó más de 90 días.

 

A estos trabajadores, Lechuga les hizo firmar contratos por los meses de mayo y junio, haciéndose el omiso con los pagos de julio, agosto y septiembre que ya habían laborado. Frente a las protestas, éste les negociaba el resto. Les decía que la Secretaría de Finanzas no había autorizado su recontratación, que su plaza estaba cancelada o que sólo podía pagar uno o dos meses más después de junio. Francisco Lechuga se quedaba, por supuesto, con la diferencia.

 

Con Juan Natale las cosas no son diferentes, sólo que los abusos de éste se dan con la renta del equipo y maquinaria de la Secretaría a empresas y particulares, sin que esos dineros —que se estima ascienden a 100 mil pesos mensuales— ingresen a las arcas de la dependencia.

 

Juan Natale, cuya fama de deshonestidad data de la época en que fue director de Obras Públicas de Huauchinango durante la gestión municipal de Pilar Jiménez Morales, en el sexenio de Mariano Piña Olaya, hoy es uno de los protegidos de la subsecretaria Araceli Domínguez Ramírez, aliada política del aspirante del PRI a la gubernatura, Rafael Moreno Valle.

 

Sin embargo, el asunto que más escándalo provoca dentro de la SDS es el de Gustavo Reyes Fierro. Y es que el director financiero de la dependencia es víctima de intrigas y chismes desde que cambió su Chevi Pop —comprado en facilidades— por una elegante camioneta Mitsubishi.

 

Su nueva adquisición le ganó de inmediato el mote Huicho Domínguez, debido a que sus compañeros de trabajo no se explican cómo este contador que vive en una colonia popular, pudo comprar en la segunda quincena de noviembre una camioneta de casi 300 mil pesos, cuando ni siquiera había cobrado el aguinaldo.

 

Lo único que no ignoran de Reyes Fierro es su relación con el coordinador administrativo de la dependencia, Héctor Hugo Martínez, y que su trabajo consiste en justificar los 16 millones de pesos que la Secretaría de Finanzas ha entregado a la fecha a la Secretaría de Desarrollo Social para cubrir sus gastos operativos, tarea que por cierto se realiza al margen de los manuales de procedimientos establecidos en la materia.

 

 

EN CORTO

El gobierno de Melquiades Morales Flores no está dispuesto a escatimar recursos, ni talento para sacar adelante a su partido, el PRI, en las elecciones del próximo año para gobernador, presidentes municipales y diputados al Congreso del estado, por lo que ya contrató a la empresa Indermerc Louis Harris para que le haga las encuestas que le permitan tomar las mejores decisiones en el proceso de selección de candidatos. El precio es una ganga. El director general de la firma encuestadora, Vicente Licona y Galdi, fijó un precio de 575 pesos por cuestionario. Y para su primera encuesta a nivel estatal la muestra será de 2,400 entrevistas, por lo que ésta costará algo así como un millón 380 mil pesos. ¡Ah, se me olvidaba! Indermerc Louis Harris también encuestará algunos municipios considerados por el PRI como prioritarios, en los cuales las muestran serán de más o menos mil entrevistas. ***** El Partido Verde Ecologista va de mal en peor. Su dirigente estatal, Gustavo Díaz Ordaz Castañón, no sólo se pregunta todos los días qué diablos hace en Puebla que no sea darse una vuelta por el Poder Legislativo y supervisar su disco de Cholula, sino que cuenta las horas y los minutos que aún le restan para pasarle la estafeta a su socio, Ernesto Guerrero Aguilar, quien actualmente cobra como secretario de Organización del Comité Directivo Estatal. A decir de los enterados, Gustavito sigue acabando con lo poco que queda del Verde Ecologista, pues no conforme con haber orillado al diputado local José Guadalupe Ruiz Contreras a cambiar de camiseta —ahora milita en Convergencia—, lo mismo que al regidor del cabildo de Puebla, Eduardo Alcántara Montiel, y a otros tres o cuatro presidentes municipales de la entidad, ya despidió al dirigente del Comité Municipal de la capital, Juan Manuel Sánchez Elorza. Y todo porque éste reclamó que los recursos que el partido recibe de su dirigencia nacional y del Instituto Electoral del Estado (IEE),  por concepto de financiamiento público, no se desvíen a la disco que tiene su presidente en Cholula, en sociedad con Ernesto Guerrero, sino a mantener la ya de por sí magra estructura del Verde Ecologista en la entidad.  ***** A los profesores de la Universidad Iberoamericana, campus Puebla, que tuvieron la oportunidad de actuar como consejeros locales del IFE durante los procesos del 2000 y el 2003, parece haberlos besado el diablo. Y es que de los cuatro dejaron de laborar en la universidad jesuita. El primero en ser revelado de cualquier responsabilidad como profesor o directivo de la Ibero Puebla fue Alfredo Figueroa Fernández, quien tras sus desencuentros con el rector Carlos Velasco Arzac, optó por constituir un despacho de consultoría, del que actualmente es presidente y director general. Le siguió Luis Vaquero Ochoa, quien se desempeñaba como coordinador de la carrera de Ciencias Políticas. Éste primero pidió licencia para terminar su tesis de doctorado, pero al percibir que su reincorporación no sería bien recibida, optó por quedarse en la ciudad de México como coordinador de asesores presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza Longoria. Enrique Glockner Corte tuvo la misma sensación. Desde que rindió protesta como consejero local del IFE supo que su estancia como profesor de la Ibero sería breve. Así fue, por lo que más tarde que temprano renunció a su cátedra para incorporarse al despacho IGC Consultores de Alfredo Figueroa, en calidad de consultor asociado. Y el último en dejar la Ibero, tras una larga campaña de hostigamiento, fue Sergio Cházaro Flores. Primero hizo efectivo su año sabático y cuando éste estaba por concluir, concursó por la plaza de director general de Servicio Social de la Universidad de las Américas, con tan buena suerte que la ganó. ***** Aunque usted no lo crea, el consejero del Instituto Electoral del Estado (IEE) Alexis Juárez Cao Romero, fue uno de los pocos valientes que buscaron colarse al Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE). Lo malo es que lo hizo con el aval de Convergencia, cuyo representante estatal, José Luis Blancarte, lo convenció de meter sus papeles para que los diputados federales de su partido le echaran la mano en la Cámara de Diputados. Para su desgracia ello no fue posible, pues de los nueve consejeros del IFE cinco fueron puestos por el PRI, incluyendo al presidente Luis Carlos Ugalde, y los cuatro restantes por el PAN. ***** Y hasta la próxima.