08/Julio/2004
Edmundo Velázquez Vargas

Martín, quien pidió no revelar su verdadero nombre, es una cifra que siente y vive en la Casa de la Sal, un albergue que subsiste gracias a donativos y que ayuda con techo, comida y medicamentos a otros seis infectados, además de brindar ayuda psicológica a otros 60 pacientes.

En el albergue, Martín reside desde hace mes y medio que llegó de San Francisco, California, donde vivió por espacio de cinco años como ilegal donde trabajaba en un autolavado. A los 14 años pasó por Tijuana a Estados Unidos, desde esa edad comenzó a consumir heroína, siempre compartió agujas, una estuvo infectada.

 

En Puebla según datos de la Secretaría de Salud, se han identificado, hasta junio de este año, 4 mil 327 casos de personas infectadas con el VIH/SIDA, de los cuales 2 mil 885 son adultos de 22 a 45 años y en la capital, primera jurisdicción de salud, ocurren 2 mil 962 casos de infección.

Martín tiene el aspecto de cualquier hombre de 35 años, nadie imaginaría que en su sangre corre el VIH, virus que ataca al sistema de defensas que tiene el organismo humano y provoca un deterioro que le hace más vulnerable a padecer otras enfermedades como tuberculosis o diabetes.

El padecimiento le fue diagnosticado cuando no se recuperaba de una gripa que lo llevó al hospital, a pesar de ser indocumentado se le brindó ayuda médica, quince días después le informaron que era portador del virus.

 

Una persona infectada puede permanecer varios años sin síntomas, en esta fase se conoce al individuo como "seropositivo", en ese tiempo el VIH no permanece inactivo, sino que continúa multiplicándose activamente dentro de las células e infectando otras nuevas.

A pesar de que Martín se enteró de su padecimiento en 1999, no fue hasta este año que decidió volver a México, a su familia le informó que sufría cáncer en los huesos, aún tiene miedo de enterarlos de la verdad.

En Estados Unidos era parte de un grupo de apoyo de 60 personas latinas con la enfermedad, le eran procuradas las medicinas por la Oficina de Asistencia Americana que le giraba un cheque por 210 dólares quincenales. El dolor de morir lejos de su tierra fue más grande, en el viaje desde California hasta Puebla bajó 10 kilos.

Algunas semanas después de que el virus haya entrado en el organismo comienza a desarrollar anticuerpos contra el VIH. Estos son detectables a través de un análisis de sangre, en Puebla contamos con el Centro de Prevención y Atención del VIH/SIDA, donde la el análisis es gratuito, se localiza en la 11 oriente No 801.

Martín admite que apenas se recuperó del viaje, las terapias con el psicólogo de Casa de la Sal le han ayudado a seguir aceptándose. “Me han dicho que si me cuido puedo llegara a vivir cinco años más” comenta resignado. En Puebla, un 62% del total de 4 mil 327 casos registrados en el año ya falleció.

Las relaciones sexuales coitales y anales sin uso de condón con una persona infectada son la primer causa de contagio en el estado con un 77%, un 12.4% de los infectados desconoce la razón, 6.1% fue contagiado vía transfusión, 2%  fue transmitida de madre a hijo y el 1.9% por uso de agujas infectadas.

Martín espera tener algún día el valor para revelarle a su familia el secreto de su enfermedad, vive con el temor de ser rechazado pero no quiere morir sólo.