27/Abril/2006
Mónica Camacho

Debido a que el libro Lo que todo ciudadano quisiera (no) saber de su patria habla del arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados, el “gober precioso” contará con un capítulo entero una vez que se reedite, anunció el escritor e intelectual Jorge Volpi.

Después de presentar en la Universidad de las Américas Puebla la obra satírica que escribió junto con la politóloga Denise Dresser, Jorge Volpi subrayó que Mario Marín Torres “ya debería haber renunciado”, pues una autoridad que desprecia a la sociedad “no es el gobernante ideal para un estado”.

Al afirmar que el libro es una revancha ciudadana y se burla sólo de los funcionarios que son “lamentables”, señaló que Mario Marín revela un periodo atroz de la vida política mexicana, por ser responsable de la violación “flagrante” a los derechos humanos de Lydia Cacho.

El escritor de la novela En busca de Klingsor enfatizó que su nueva obra en la que participaron estudiantes de la UDLA y los alumnos de Denise Dresser del ITAM, es un recordatorio para aquellos que han olvidado los agravios que la sociedad ha sufrido por parte de sus dirigentes.

Lo que todo ciudadano quisiera (no) saber de su patria retrata a aquellos políticos que han impedido que México sea una nación moderna incluyente y tolerante y en el caso del estado de Puebla, Marín ha superado a todos, subrayó.

En la presentación del libro que se realizó sin la asistencia de la coescritora Denise Dresser y el rector de la UDLA, Pedro Ángel Palou García, las risas del auditorio surgieron entre las demandas de una mejor política.

De pronto se escuchó en la sala: “La arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emoción, en el ring estaba el rudo ídolo… el rudo ídolo de la afición”, figura que en la pantalla fue encarnado por los candidatos a la presidencia en boxer y guantes de box. Y las carcajadas de unos y las risas de otros renacieron.

Jorge Volpi dijo que esta “irreverencia” no hubiera sido permitida en otros tiempos, pues la burla a los presidentes de la República, el Congreso de la Unión y las campañas electorales era impensable hace diez años.

Sin lugar a dudas, “el libro hubiera sido secuestrado, los autores y lectores perseguidos, encarcelados o de plano desaparecidos”, relató el escritor oriundo de la Ciudad de México.

Sin embargo, sostuvo que ahora la sociedad civil ha conquistado la libertad de expresión con gran esfuerzo, un libertad absoluta, “excepto para Lydia Cacho”, ironía que despertó las risas del auditorio.

A pesar de que durante la hora y media que duró la presentación el escritor se ganó la simpatía de los cerca de los 50 presentes que en ocasiones sonreían naturalmente —aunque otras no tanto—, Jorge Volpi enfatizó que el libro empleó “el humor como arma de combate”.

No obstante, “esa risa debe congelarse en el rostro para permitir que llegue la reflexión, indignación y después la acción”.

“No te dejes”, fue la exigencia del autor para cada académico y estudiante que permaneció al final de la presentación a pesar de que el calor dentro de la sala era molesto.