27/Febrero/2006
Blanca Patricia Galindo

Con tarjeta roja en mano, pancartas con la leyenda “Marín no te creo” y al grito de “Fuera Marín”, ayer se realizó la Marcha por la Dignidad Ciudadana, que congregó alrededor de 30 mil poblanos que demandaron al gobernador Mario Marín Torres solicite licencia al cargo para que se investigue su presunta participación en un acuerdo con el empresario Kamel Nacif Borge para encarcelar a la escritora María Lydia Cacho Ribeiro.

Los gritos de “Fuera Marín, fuera Marín” y “que renuncie” se escucharon a lo largo de la movilización convocada por organizaciones no gubernamentales, partidos políticos de oposición al PRI así como estudiantes y académicos de universidades públicas y privadas, quienes recorrieron las calles del centro de la ciudad en medio del orden.

El gobierno del estado emitió un comunicado de prensa —en el que destacó mediante cuatro puntos—, la realización de la marcha sin incidentes y sostuvo que en la entidad se respeta la libertad de expresión de los ciudadanos.

Los participantes en la Marcha por la Dignidad Ciudadana portaron pancartas elaboradas por ellos, con leyendas como “Señor gobernador, no finja demencia fonética”, hasta carteles con el rostro del mandatario donde se le presentaba como una persona “preciosa”.

Además, entre ellos fueron repartidas calcomanías en colores blanco y negro con la leyenda “Mario Marín renuncia” y en blanco y rojo con la de “No te creo Marín”, mismas que las personas se pegaron en sus playeras o camisas blancas, color sugerido por los organizadores.

El paso de los ciudadanos, a lo largo de la Avenida Reforma, que desemboca en el zócalo de la ciudad, tuvo una duración aproximada a las dos horas, en que los contingentes, prácticamente compactados, caminaron sin cesar hasta llegar al lugar del mitin.

Hace una semana, el 17 de febrero, el gobierno del estado movilizó a los burócratas, organizaciones afines al PRI y militantes de este partido a salir a las calles de la ciudad en apoyo del gobernador, quien se ve envuelto en un escándalo por la difusión de una llamada telefónica con el empresario Kamel Nacif Borge, para encarcelar a la autora del libro <i>Los demonios del Edén</i>.

En esa ocasión habrían salido a las calles de la ciudad cerca de 25 mil personas, pero en su mayoría trabajadores del gobierno del estado que fueron obligadas a marchar bajo la advertencia de que habría “pase de lista” para todos.

Durante el recorrido de la Marcha de la Dignidad Ciudadana, efectuada ayer, los participantes gritaban de manera constante que estaban por su propia voluntad. “No somos acarreados”, decían al tiempo en que un helicóptero de seguridad pública sobrevolaba la zona, provocando rechiflas de los manifestantes.

Vientos de cambio
Como no sucedía en varias semanas, ayer, desde el mediodía, comenzó a sentirse un fuerte viento en la ciudad. Quienes llevaron gorras a la marcha o portaban pancartas, debían sostenerlas con fuerza para evitar que salieran volando.

La fuente de San Miguel, ubicada en el centro del zócalo, estaba encendida y el aire provocaba que el agua salpicara a todos los que llegaban a pararse cerca. Al principio, algunos se quitaban, después, nadie se movía ya de ahí porque hacerlo era prácticamente imposible ante la cantidad de gente congregada en ese punto.

En la entidad, al menos en los últimos 20 años no se registraba una movilización de esta magnitud en la que la sociedad civil saliera a mostrar su rechazo hacia una autoridad. En el 2001, la Universidad Autónoma de Puebla convocó a una marcha por la paz, debido a la guerra desatada en Irak, pero en esa ocasión la mayoría de los participantes fueron estudiantes y académicos de la misma institución.

Lo contrario ocurrió este domingo, en que las personas llegaron por su propia voluntad y por sus propios medios; incluso, hubo personas que pasaban por el lugar y al enterarse del movimiento, decidieron sumarse.

Los discursos

Aunque ausente, la escritora María Lydia Cacho Ribeiro mandó una carta que ayer fue leída durante el mitin realizado en el zócalo de la ciudad. A lo largo de una cuartilla, denunció que el gobernador Mario Marín abusó del poder y “puso al aparato de Estado en manos de un defensor del crimen organizado, violentó el estado de derecho y sin medir las consecuencias puso en peligro mi vida para proteger a un pederasta”.

Además, acusó que en Puebla fueron concebidos “el cohecho, la coalición de servidores públicos, el tráfico de influencias, la tentativa de violación y la tortura”, por lo cual demandó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación le retire el fuero al mandatario “para que enfrente las consecuencias de haber violentado el estado de derecho y protegido al crimen organizado”.

Minutos antes de leer dicha carta, la académica María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera, reconocida por su defensa de los derechos humanos, sobre todo de indígenas, manifestó que la movilización de ayer reflejaba que las personas pueden expresarse a pesar del miedo generado desde el poder.

Hoy, señaló, lo que enfrenta el estado de Puebla es un problema de ética social grave, que debe ser denunciado. Ya no basta, sentenció, con que se diga que este tipo de hechos se van a investigar a profundidad, para que después no pase nada”.

“Consideramos indispensable que el señor gobernador Mario Marín Torres y la señora Procuradora de Justicia, Blanca Laura Villeda, se separen de su cargo”, dijo al tiempo en que cientos de voces se dejaron escuchar con el grito de “Fuera Marín”.

Otros de los oradores fueron el defensor de derechos humanos y laborales Martín Barrios, quien denunció que es víctima de amenazas que ponen en riesgo su vida, además de que también tomó la palabra una niña de nombre Paulina, quien demandó a las autoridades actuar con transparencia y honradez.

Destaca gobierno saldo blanco y libertad a la libertad de expresión

Una hora después de terminado el evento, el gobierno estatal fijó mediante un comunicado de prensa su postura frente a la marcha ciudadana a través de los siguientes cuatro puntos:

“1. Con el saldo blanco que arrojó la marcha de esta mañana se puso de manifiesto la civilidad y madurez política de los organizadores y también la solidez de las instituciones.”

“2. Ha quedado demostrado que en Puebla se vive en un clima de paz social, de trabajo y respeto a las libertades del hombre y de la mujer como el derecho a la libre asociación, a la libre expresión y de libre pensamiento que consagra nuestra carta magna.”

“3. Quedó claro que, es a través del estado de derecho, la única forma de lograr que Puebla avance, que el respeto a la ley por encima de todo permitirá que sigamos trabajando en la legalidad y la transparencia.”

“4. Que las instituciones que han construido las distintas generaciones de poblanos están firmes y trabajando para lograr el desarrollo de todos los poblanos.”