26/Febrero/2006
Mónica Camacho

Como una protesta legítima y valiente de la ciudadanía calificó el arzobispo de Puebla Rosendo Huesca Pacheco la marcha por la dignidad ciudadana que ayer domingo en el Centro Histórico de la ciudad exigió la renuncia del gobernador Mario Marín Torres y de la procuradora Blanca Laura Villeda.

Sin embargo, aseguro que ese tipo de movilizaciones demuestran que la democracia en Puebla aún es inmadura, pues la sociedad tiene que manifestarse en las calles en lugar de hacerlo por los cauces legales.

“Sólo cuando las instituciones no resuelven los problemas de la sociedad; cuando de veras nos estén fallando.”

“Yo he visto caer gobernadores” por causa del descontento de la sociedad poblana, subrayó el arzobispo quien de inmediato recordó el nombre de Antonio Nava Castillo, Rafael Moreno Valle y Gonzalo Bautista O’Farril.

Sostuvo que la ciudadanía no descubrirá si en realidad Mario Marín intervino en el encarcelamiento de la periodista Lydia Cacho Ribeiro, a través del enojo y las protestas en la calle, sino después de una investigación a fondo por parte de las autoridades correspondientes.

Enfatizó que las movilizaciones pueden ser peligrosas cuando se realizan en un ambiente electoral, pues el descontento político en ocasiones se traduce en agresiones verbales o físicas.

Sin embargo, en la marcha de las más de 30 mil personas que se congregaron en el zócalo capitalino no se registró ningún percance ni enfrentamiento.

A decir del arzobispo, la ciudadanía debe seguir los cauces institucionales y esperar después de esta manifestación que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decida realizar una investigación sobre las acciones del ejecutivo estatal.