25/Abril/2005
Beatriz del Castillo

“¡Humberto! ¡Compadre! ¡No me estás ayudando! Este no es el apoyo que te pedí. ¡Quita a tu gente, trae a los detenidos, no seas burócrata!”, le decía por teléfono Omar Álvarez Arronte, secretario de Gobernación, a Humberto Vázquez Arroyo, secretario de Seguridad Pública y Vialidad después de que el cuerpo policíaco disparó balas de goma contra manifestantes de la junta auxiliar de Canoa, inconformes con las elecciones celebradas el domingo. 

Minutos antes Carlos Cárdenas, director de la Policía Municipal dio la orden que inició el zafarrancho, “ya chínguenselos”. Y así lo hicieron. Los granaderos acorralaron a los manifestantes y los empujaron, también al fotógrafo Joel Merino, del periódico Milenio. 

Y mientras en la corretiza las mujeres recogían sus enaguas para no tropezar, Carlos Cárdenas, director de la Policía, se levantó de una estrepitosa caída provocada por la prisa para abandonar el lugar. 

Comenzaron entonces los balazos de goma, esos que a decir de Álvarez Arronte ordenaron en conjunto la Secretaría de Gobernación y Seguridad Pública después de una fallida negociación de tres horas y que justificó como una medida preventiva ante la amenaza de que gente armada llegaría al lugar.

 

Nunca se quiso reprimir a la gente, “pero si a ustedes (se refería a los periodistas) les parece muy sencillo que nos pongamos de bolos de boliche está canijo. No estamos para poner la otra mejilla”, justificó el secretario. 

La bronca es consecuencia de las irregularidades cometidas en la elección de la presidencia auxiliar de Canoa, mismas que también se registraron en al menos diez de las 16 juntas auxiliares que celebraron elecciones el domingo y que en el caso de San Baltasar Campeche derivó en la quema de urnas. 

Omar Álvarez rechazó que el uso de bala de goma sea equiparable al desalojo de jubilados que hizo el ex alcalde Luis Paredes Moctezuma en su administración y que criticó en campaña el hoy edil Enrique Doger Guerrero: “Los jubilados no cerraban vialidades; ellos lo único querían era un cheque”, respondió el funcionario. 

Apaciguando los ánimos

Después del zafarrancho, en el que se detuvo a dos personas que la Secretaría de Gobernación identificó como “Luciano” y “Lorenzo”, el secretario de Gobernación, Omar Álvarez Arronte salió a calmar a los vecinos con quienes se comprometió a regresar a los detenidos y los vehículos. 

Cuando el subsecretario de Gobernación, Javier Casique salió del inmueble para alcanzar al secretario ya había un grupo de señoras molestas por la agresión de los policías: 

“Nosotros no quemamos patrullas. Los apoyamos en campaña y miren como nos tratan, como delincuentes”, reclamó alterada una de las manifestantes. 

Más tarde el secretario de Gobernación reconoció que acompañó a los manifestantes de Canoa al Ministerio Público para ayudar a que se les dejara en libertad, a pesar de que en la conferencia de prensa insistió en que atacaron  las vías de comunicación. 

Caos vial en el Centro Histórico

Las protestas de las juntas auxiliares mantuvieron en caos el Centro Histórico ayer por la mañana, pues primero los manifestantes de San Francisco Totimehuacán cerraron la avenida Juan de Palafox y Mendoza para protestar en contra del candidato Víctor Campos Carpinteiro por la presunta compra de votos. 

De acuerdo con los manifestantes el candidato ofreció  cincuenta pesos por el voto además de dar vales con folio y su fotografía para entregar despensas a personas de escasos recursos quienes debido a su pobreza estuvieron dispuestos a cambiar su voto por cualquiera de estas dos atractivas ofertas. 

Cuando se logró el retiro de esos manifestantes, los habitantes de Canoa cerraron durante tres horas el bulevar 5 de mayo, a la altura de la 3 oriente, en el sentido norte-sur, a un costado de las oficinas de Participación Ciudadana. 

El bloqueo mereció más de 2 mil llamadas al teléfono de auxilio 060, según informó el secretario de Gobernación, Omar Álvarez Arronte. 

Luego que los manifestantes de Canoa decidieron retirarse alrededor de las 18:00 horas, una centena de habitantes de la Resurrección se presentaron a las mismas instalaciones para inconformarse por el resultado electoral en esa junta auxiliar, sin embargo no pudieron presentar su recurso de inconformidad porque ya había vencido la hora de recepción.