17/Mayo/2005
Blanca Patricia Galindo

La repentina separación de Nora Lustig de la Rectoría de la Universidad de las Américas Puebla (UDLA) no sólo provocó ayer la sorpresa generalizada entre la comunidad de la casa de estudios, sino que desató diversas versiones sobre si su renuncia fue voluntaria o solicitada por el Patronato que encabeza Guillermo Jenkins Anstead.

Y es que desde temprana hora, en los pasillos de la institución —una de las más reconocidas de la entidad— se escuchaban distintas versiones sobre la salida de quien llegara a dicha posición en septiembre de 2001.

Una de las más socorridas se relaciona con la solicitud de su renuncia por parte del Patronato y el Consejo Universitario, que incluso desde la noche del lunes comenzaron con el proceso de selección de quien será el próximo rector de la institución.

Entre los nombres que se manejan destaca el del secretario de Cultura del gobierno estatal, Pedro Ángel Palou García, de quien el mandatario Mario Marín Torres dijo sería un orgullo que pase a ocupar dicha posición.

De hecho, Palou García es catedrático de la institución desde años atrás, y a fines del año pasado se manejó la posibilidad de que a partir de febrero se incorporara como vicerrector de la misma, lo que no se concretó.

Otra de las versiones que se dejaron correr en la Universidad fue que la misma Lustig comentó que su renuncia le fue solicitada porque su proyecto ya no era compatible con el de la institución.

Lo cierto es que desde el lunes mismo tanto el Patronato como el Consejo Universitario, este último presidido por Luis Regordosa Valenciana, arrancaron el proceso para definir quién será el sustituto de la académica de origen argentino, a quien se le reconoce su formación en el área de la Economía.