05/Julio/2005
Blanca Patricia Galindo

Una situación poco halagadora fue la que enfrentó en el 2004 la industria automotriz Volkswagen, que de acuerdo con el reporte de Las 500 empresas más importantes de México presentado por Expansión; en tan sólo un año cayó del lugar 11 al 15, pero sobre todo reportó pérdidas de 11% con respecto al año anterior. 

En la relación presentada por la revista de negocios, además de la armadora germana sólo figuran otras cuatro empresas asentadas en Puebla, y son, según su orden de aparición, Big Cola en el lugar 227 (un año antes no aparecía en la lista); Grupo PI Mabe en el lugar 245 (ascendió 12 posiciones); Bret Embotelladora en el 285 (subió dos lugares) y Gedas México en el 397 (ascendió un escaño). 

Hoy, Volkswagen de México no sólo aparece cuatro lugares abajo que un año antes, sino que además se coloca como la cuarta industria automotriz en importancia, antecedida por General Motors, Daimler Chrysler, y Nissan Mexicana, cuando años atrás era la líder. 

En cuanto a sus números, Expansión da a conocer en su revista catorcenal que sus ingresos tuvieron una variación negativa de 11.6% respecto de 2003, lo que se traduce en 3 mil 934 millones de pesos menos de utilidades de operación y en 997 millones de pesos menos en cuanto a sus utilidades netas. 

Su margen operativo cayó a -6.4%, según se asienta en el documento de referencia y que puede ser consultado en las páginas centrales de la revista. 

En el apartado de las empresas que más perdieron en el 2004, Volkswagen de México se ubica como la sexta, pues registró una utilidad neta menor en 1 mil 149 millones de pesos a un año antes. 

A continuación se presenta el reportaje íntegro de Expansión sobre Las 500 mejores empresas de México:

 

Marina Delaunay

Año de bienes/Las 500 mejores empresas de México 

Unos arrancaron a la tierra el crudo, la plata y el cobre. Otros prefirieron extraer fondos de nuestras tarjetas de crédito. La minería, la siderurgia, la construcción y el comercio impulsaron las 500. 

La industria minera hizo en 2004 cuanto pudo por exprimir el subsuelo hasta su penúltimo gramo de sustancia: Pemex no tuvo piedad con Cantarell, que en dos años iniciará su declive, ante unos precios mundiales del crudo que permitieron suspirar de alivio a más de un legislador hacedor de presupuestos; Grupo México, Peñoles, Minera Autlán o se ensañaron en las entrañas de sus minas. Porque al fin, después de años de crisis, el sector se subió al ciclo ascendente. México sigue siendo una potencia minera y sus empresas supieron aprovechar las circunstancias. 

La economía estadounidense creció 4.4% impulsada por la inversión y el consumo –y unas tasas de interés que tardaremos mucho en volver a ver–. Esto, junto con el al parecer imparable desarrollismo chino llevaron los precios de los bienes genéricos o commodities a las nubes. 

No es de extrañar, por tanto, que algunos de los mayores saltos en ventas correspondan a estas compañías. La estrella coherente en aumento en ingresos con este panorama fue la chilena Molymex (213), distribuidora de un producto empleado en la fabricación de metales, principalmente por el crecimiento de sus activos en un 251%. O que las siderúrgicas como Grupo Imsa o Hylsa, que logró en un año dar la vuelta a Alfa –hasta Altos Hornos de México (Ahmsa), que pese a el hecho grave de contravenir el estado de derecho fue la décimo sexta compañía más rentable de México–, formen parte del grupo de las de mayor crecimiento en ingresos y rentabilidad. 

Las ventas no consolidadas de las 500 crecieron 25% respecto a las del año pasado. El factor más importante después del sólido crecimiento de Estados Unidos y China fue el “hacer la tarea”. La prudencia fiscal y monetaria mantuvieron las tasas de interés en unos niveles históricamente bajos, el riesgo país estuvo bajo control y el tipo de cambio con el dólar en niveles estables. La conclusión fue un crecimiento del crédito al consumo de 40% que favoreció a tiendas departamentales y de autoservicio. Wal-Mart, el líder indiscutible del sector privado mexicano, primero en ventas y empleos, pero también al grupo del Palacio de Hierro, que aumentó 60% sus ventas. 

Desde la base de la pirámide

Algo parecido al fenómeno vivió la cadena de tiendas de consumo de Grupo Coppel, que ocupa el lugar 32 entre las más rentables, por encima de su rival Elektra. Sus parientes cercanos ocupan cada año mejores posiciones en las 500: las financieras populares. Los negocios para la llamada “base de la pirámide” están sacando partido de la estabilidad económica. 

Ya sean afores de microcréditos como Compartamos (386) o el Banco Azteca (de Ricardo Salinas Pliego –que vivió su particular annus horribilis tras la operación Codisco, sancionada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores–, las empresas mexicanas tienden sus productos y servicios hacia la población de menos ingresos. Las grandes multinacionales como Cemex consolidan sus estrategias para llegar al último rincón de la República mientras adquiere la británica RMC (operación no consolidada en este listado) por $4,100 millones de dólares, la mayor compra en la historia de una compañía mexicana. En 2004 fue la cuarta empresa con mayor crecimiento en utilidad neta. 

Y todo el mundo se puso a construir vivienda social. La vivienda social ha sido históricamente un negocio de volumen, y dada la atomización del sector (los principales desarrolladores apenas copan 30% del mercado), el motor de la economía interna en 2004 no ha tenido grandes saltos. Desarrolladora Homex (175) está entre las compañías de mayor crecimiento en ingresos, algo que puede vincularse a su exitosa salida a bolsa en México y Estados Unidos (el listado no incluye la adquisición de Casas Beta en mayo de 2005). Un movimiento en el que siguió a Urbi –Cuauhtémoc Pérez Román, fundador y presidente ejecutivo de Urbi, fue el empresario del año, edición 907– y a Sare, que lo hizo en 2003. El desempeño extraordinario del Infonavit como banco de segundo piso logró que el año pasado se construyeran 500,000 viviendas. Corporación GEO afinó su estrategia y desde el año pasado empieza a recuperar la confianza de los inversionistas que le abandonaron. 

¿Y la manufactura? La migración de gran parte de la maquila a Asia siguió sangrando el empleo, pero el año no se portó mal con la industria automotriz. Las armadoras de automóviles fueron siempre protagonistas de “las 500” de Expansión, aun tomando en cuenta al sector de Petróleo o Gas ($782,898 mdp) que es el sector con mayores ingresos en el país, la segunda industria más grande es la Automotriz y de Autopartes. Pese a su llamada crisis, Detroit manda, con General Motors de México (6) y Daimler Chrysler de México (7). En autopartes, Delphi Automotive Systems (10), antes de GM, es la empresa más importante de su sector. 

Ahora, las japonesas cuentan con una punta de lanza que se abre paso en las filas del conteo; Nissan con 234,853 unidades vendidas en este año. Seguido de Honda y Toyota, el concepto japonés sigue impactando, a pesar de la falta de nuevos modelos en algunas marcas como Honda, que presentó perdidas en comparación a sus ventas del año anterior.  Pero ellas ni las plantas de las estadounidenses ni las de las niponas fueron las mayores empleadoras, exceptuando a GM y Delphi. Las que más crecieron en empleo fue las empresas dedicadas al sector comercial, al financiero, las constructoras, las mineras y las dedicadas a las telecomunicaciones, entre otras. 

Nuevas visitas

Este año, si bien las tres compañías que encabezan las 500 son previsibles, hay muchas novedades. En el momento en que la gobernanza se ha convertido en la fórmula para acceder a los mercados financieros y, como es en el caso de Jugos del Valle, incluso para sobrevivir a unos malos administradores, varias compañías han elegido nuestros listados para presentarse. Algunas que lo hicieron durante varios años salieron posteriormente a la Bolsa a emitir deuda o capital. Al margen de los motivos, la tendencia habla de un mercado de fondos de capital privado ávidos de oportunidades, de una obsesión por la transparencia por parte de las generaciones más jóvenes de algunas sagas familiares. 

Dimos la bienvenida a información de grupos privados mexicanos importantes como Cinépolis, de Organización Ramírez, de Michoacán, el Grupo Quan, de Guadalajara, Grupo Chedraui de Veracruz, Hoteles Misión o Farmacias del Ahorro, la peruana Big Cola pasando por Cinemex, el mayor caso de éxito de un emprendedor mexicano, por dos veces vendida a fondos de capital privado. Entre las multinacionales ‘nuevas’ se suman a nuestro listado nombres tan importantes como Colgate Palmolive, Shell, o Grupo Toshiba. 

A lo largo de los reportes la morfología de los sectores ha cambiado, las empresas han ido y venido y las fusiones han transformado el panorama empresarial del país. El listado del 2006, será el último de un sexenio alejado del crecimiento económico que hubiera detonado una reforma estructural de los frenos al crecimiento de la economía mexicana. Pero pese a estos frenos, la actividad económica no espera los programas económicos de cada candidato. Los minerales, el comercio, la construcción, la estabilidad macroeconómica y el talento de varios empresarios para navegar en los mares de la globalización han hecho el resto.